La metodología que integra el desarrollo intelectual, social y emocional del niño.
El aprendizaje cooperativo, entendido como una metodología activa basada en la importancia de la interacción social. Ha sido concebido para hacer frente a la paradoja educativa que impera en nuestros días. Y es que, siendo la educación un fenómeno social, no se comprende que haya sido abordada desde una óptica principalmente individual.
Además, no cabe duda de que la cooperación es una de las características que mejor define a la especie humana. Y es por ello, que para potenciar el aprendizaje natural de los niños. Resulta esencial que éstos puedan disponer de un ambiente escolar que les permita interactuar unos con otros como parte de su rutina de trabajo.
Y en la escuela infantil Little Duck de las Rozas nos hemos querido sumar a ésta iniciativa, con el fin de promover un aprendizaje más acorde a la naturaleza del niño y de disfrutar así de todos los beneficios que esto reporta. Pero expliquemos primero de forma más detallada en qué se basa el aprendizaje cooperativo.
¿En qué consiste este tipo de educación?
El aula se distribuye en grupos pequeños y heterogéneos, donde los niños trabajan en equipo. Compartiendo ideas, apoyándose unos a otros e intercalando los roles de “aquél que enseña al grupo” y “aquél que aprende del grupo”. Y esta última idea, es uno de los pilares básicos en los que se asienta este método, ya que los beneficios del aprendizaje entre iguales están ampliamente demostrados.
La distribución de tareas es una de las técnicas más empleadas en el aprendizaje cooperativo. Se trata de que cada niño realice su trabajo de forma individual y después lo comparta con los demás, de forma que todos puedan aprender de todos.
En cuanto a la evaluación, y como herramienta para favorecer la implicación de todos los niños dentro del grupo, no sólo se valora a éste como conjunto, sino que también es importante evaluar al niño de forma individual. Es decir, se recompensa al grupo en función del rendimiento individual.
¿Cuáles son los principales beneficios del aprendizaje cooperativo?
Esta metodología no sólo fomenta el desarrollo cognitivo del niño, sino que también potencia sus habilidades sociales, motivacionales y emocionales.
En cuanto al desarrollo cognitivo, al verse expuestos en el seno de un grupo a una amplia diversidad de opiniones y planteamientos. Los niños tienen la necesidad de adquirir nuevas estrategias de procesamiento para hacer frente a toda esta nueva información. Y esto tiene una repercusión directa en su aprendizaje y en su rendimiento individual.
Como no podía ser de otra manera, las relaciones interpersonales se ven enormemente reforzadas. Y esto trae consigo innumerables beneficios, siendo uno de los más importantes el respeto hacia las opiniones diferentes. Lo que contribuirá a un clima donde todos se sentirán valorados dentro de su diversidad. Esto es de suma importancia en aulas donde exista una pluralidad étnica, cultural y/o religiosa, o donde haya niños con algún tipo de discapacidad. Contextos todos ellos en los que se apostará siempre por la comprensión, aceptación e integración de las diferencias.
Las habilidades comunicativas también se ven enriquecidas. Ya que aprenden a comunicarse entre ellos, a negociar, a pedir ayuda cuando la necesiten, o a darla cuando puedan.
Por último, es de destacar que los niños, al participar activamente en su proceso de aprendizaje y sentirse necesarios para que el grupo alcance sus metas, asumirán una mayor responsabilidad individual.
En conclusión, dado el inmenso impacto que supone educar a los niños en el seno de un aprendizaje cooperativo, donde se vean realzados los valores sociales y de inclusión, así como el rendimiento individual, parece que lo más conveniente sea apostar por esta metodología.
